En esa librería cómplice

“No hay revolución sin canciones”. Esta frase de Salvador Allende, y más si se pronuncia con potente voz y puño en alto, resume la presentación en La Revoltosa, esa librería cómplice, del cómic Black is Beltza II: Ainhoa a cargo del activista, músico y productor Fermín Muguruza y la ilustradora Carol Medina. La película de animación para adultos cuenta con su traslación al mundo del cómic, y protagonizaron LA PALABRA FILMADA en un evento donde no cabía ni un alfiler y que introdujo nuestra compañera Sofía Moreno, de Radio Kras. Con guion de Fermín Muguruza, Harkaitz Kano, Isa Campo e ilustraciones de Susanna Martín, este nuevo proyecto transmedia narra la secuela de Black is Beltza. Ainhoa nace de milagro en La Paz, Bolivia, tras morir su madre, Amanda, en un atentado parapolicial (spoiler, eso sí, para quienes no hayan visto la primera parte. Crece en Cuba y en 1988, a los 21 años, comienza un viaje iniciático con el País Vasco como primer destino para conocer la tierra de Manex, su padre. En pleno conflicto represivo conoce a Josune, comprometido periodista del diario Egin, y a su cuadrilla. Cuando el novio de Josune muere por sobredosis de heroína, ésta decide acompañar a Ainhoa en su viaje, que las llevará hasta Beirut, luego Kabul y finalmente Marsella. Son los últimos años de la Guerra Fría y ambas se adentrarán en el oscuro mundo de las redes del narcotráfico y sus estrechos vínculos con las tramas políticas. Y hasta aquí podemos leer, que ya es bastante.

La ilustradora, diseñadora, friki y profe de dibujo de cómic y narrativa gráfica Carol Medina conversó con Muguruza planteando la pregunta del millón. “Una película y un cómic, con sus lenguajes diversos, con la música, con todo lo que conlleva de producción y tantas personas implicadas, es como un circo de tres pistas. ¿Qué clase de chiflado se mete en algo así, y además, lo hace dos veces?” Y es que el polifacético Muguruza es un nato contador de historias, lo hace por todos los canales a su alcance, y sobre todo, sin pelos en la lengua.

No hay revolución sin canciones

Siempre presente, su hermano Iñigo Muguruza, integrante también de Kortatu y Negu Gorriak, fallecido a los 55 años en 2019, y a quien está dedicada esta obra. “Cuando me sacudió la muerte de mi hermano estaba roto, pero, a la vez, esa situación dura y desconcertante me permitió reflexionar sobre una generación de grupos con los que compartimos escenario alguna vez y que, de una u otra forma, habían perdido a todos o parte de sus integrantes por culpa de la heroína o el SIDA. Todo ello derivó en varias cuestiones: ¿Sirvió la heroína como herramienta y a manos de los aparatos del Estado para silenciar y socavar a una juventud combativa? De dicha pregunta surgieron otras en torno a quiénes se lucraron con esta operación, cuáles fueron las rutas elegidas para su tráfico y en qué otros rincones del planeta ocurrieron situaciones similares”.