El Nuevo Teatro de La Felguera acogió a casi 100 personas que en una noche con fría lluvia quisieron contagiarse de la luz y el calor de Haití de mano de Gessica Généus , una debutante directora haitiana formada en Francia y de su protagonista Freda.
Esta película fue acompañada por el colectivo El Pájaro Azul, que agradeció la existencia de MUSOC y la promoción que siempre hace del cine africano. En su intervención dio algunos apuntes sobre la película como que fue proyectada en la sección oficial Hipermetropía del Festival de Cine Africano de Tarifa o que en este festival su debutante actriz principal Néhémie Bastien consiguió el Premio Mejor Actriz. Como buena ONG dedicada a la cooperación, también nos recordó que esta es una película importante en este ámbito ya que también el jurado del Premio ACERCA de la Cooperación Española otorgado por la AECID ha concedido una Mención Especial a la película.
Encontrar ejemplos de cine haitiano es más difícil que encontrar un trébol de cuatro hojas y que te toque la lotería en el mismo mes. Si además pensamos que esta es una película estrenada mundialmente en el Festival de Cannes, donde obtuvo una mención especial, se redobla el milagro. Por eso nos sorprende, admira y alegra la existencia de una película como esta, que te engancha desde el primer minuto y te enternece durante el resto.
Freda constituye un acercamiento cercano al documental, realista y veraz de lo difícil que es ser joven y mujer en el Haití de hoy
Freda vive en uno de los países más pobres y violentos de la tierra. Vive con su madre y hermanos en un barrio popular de Puerto Príncipe y asiste a la universidad a tiempo parcial. Freda vive, estudia, habla de política y se divierte pero sobre todo se debate entre el amor a su novio y su tierra. Como gran parte de la población tiene que elegir entre quedarse y contribuir a la recuperación de su país si ello es posible o migrar a otros lugares donde la miseria y la violencia no les determine vitalmente.
Son muchas las presiones que recibe pero a medida que la película transcurre se hace absolutamente evidente que Freda encarna un sutil ejercicio de resiliencia, que toma sus propias decisiones, que se conoce y que se valora. Por eso la queremos tanto.


















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