Pulsando todas las teclas para continuar

La Escuela de Comercio de Xixón se volvió a llenar para acoger la penúltima sesión de esta edición de MUSOC, esta vez con la proyección de la película documental alemana The Game, que además supuso su estreno en España. Un estreno muy especial, por poder contar también con la presencia en directo vía online de su directora Manuela Federl, con la que pudimos intercambiar opiniones al final de la proyección, en uno de esos encuentros que son la esencia de esta muestra.

La sesión fue amadrinada una vez más por la No Name Kitchen, el movimiento independiente con presencia en zonas fronterizas tanto de los Balcanes como del Mediterráneo y que brinda ayuda humanitaria para todas esas personas, que como en The Game, sufren devoluciones violentas y otras formas de abuso. Bárbara Becares fue la portavoz encargada de hablarnos del trabajo que desarrollan y también de ser parte activa en el coloquio posterior, como persona que sobre el terreno ha tenido experiencias parecidas a las narradas en el documental, un viaje en primera persona por los alrededores de Velika Kladusa, un pueblo bosnio a cinco kilómetros de Croacia, la pantalla final de un juego en el que muchas personas lo arriesgan todo. Un periplo inhumano en el que las autoridades aplican técnicas inhumanas, con el beneplácito de una Unión Europea que sigue mirando para otro lado y avergonzando al mundo.

El público tomó la palabra en el cierre de la jornada de ayer para preguntarle a Manuela Federl por las particularidades del rodaje y otras cuestiones en relación a la horrible situación que se muestra durante los 90 minutos de metraje de su película. Una situación que a pesar de lo obvio de la injusticia, sigue alargándose en el tiempo ante la inacción de las políticas europeas y con el riesgo de ir a peor por el avance de los partidos de ultraderecha, que con sus mentiras estigmatizan a la población migrante, como comentaba la directora alemana.

Manuela sigue recibiendo a día de hoy material audiovisual que le mandan los propios refugiados, dándose cuenta de que muchos de ellos la encuentran como persona de confianza para poder salvaguardar sus historias. Historias que ella también ha grabado sobre el terreno, sin ningún miedo y con la protección que le ofrece su cámara, interpelada por una espectadora que le preguntaba sobre los riesgos del rodaje, ella vivió ese juego de una manera muy diferente.

Bárbara Becares volvió a tomar la palabra para explicar como desde No Name Kitchen utilizan la información y las redes sociales para denunciar la violencia policial y la vulneración constante de los derechos humanos que se practica en las fronteras. Una herramienta efectiva para luchar contra la injusticia, la información, que esperan a la larga pueda servir como presión para que los partidos políticos tomen medidas sobre una problemática que se ha alargado demasiado en el tiempo y que no se soluciona con los parches de la OIM.

Finalizamos la sesión con la esperanza de Manuela para que el recorrido del documental que se iniciaba hoy en España llegara al mayor número de sitios posibles y que como nos adelantó lo llevarán ya, de manera oficial y en las próximas semanas, a países como Austria, Suiza e Italia. Con la ilusión de que MUSOC le haya dado ese empujón de difusión necesario para llevarlo a todo el mundo, una esperanza que la alemana abanderó con optimismo y con una última anécdota sobre The Game, todas las familias de la película llegaron a Alemania, se pasaron el juego, se jugaron su vida y ganaron la partida, pero este juego debe terminar.

COLABORA