La criminalización del aborto en el salvador

Fly so Far, Nuestra Libertad fue el trepidante documental, de la cineasta Celina Escher, que pudimos ver más de sesenta personas en el Teatro Filarmónica de Uviéu. Acompañando el periplo de Teodora Vásquez condenada a treinta años de cárcel, tras sufrir un aborto natural, acusada de homicidio. Premiada actualmente por su lucha por los derechos humanos de las mujeres.

Esta película, dentro de la sección Creadoras mirando al Sur, nos cuenta cómo la violencia de Estado en la república centroamericana de El Salvador contra las mujeres conduce al movimiento feminista y pro derechos humanos a movilizarse a nivel internacional.

Dieciocho son actualmente las mujeres que esperan encarceladas a que sus juicios se resuelvan, acusadas de haber cometido asesinato tras sufrir abortos espontáneos. Datos facilitados por la organización Amnistía Internacional, amadrinadora anoche del documental y de este caso concreto, que ha servido como estandarte para comunicar al mundo entero la terrible vulneración de los derechos humanos que sufren las mujeres en El Salvador y especialmente las más vulnerables.

Como nos explica Conchita Fernández dentro del artículo para PerroflautaNews “El Salvador tiene una de las leyes contra el aborto más restrictivas del mundo y la tasa más elevada de embarazos adolescentes de toda América Latina, al no existir una educación sexual adecuada ni acceso a métodos anticonceptivos. Esta penalización del aborto está arruinando las vidas de las mujeres y niñas, forzándolas a realizar abortos inseguros y clandestinos”. Según Amnistía Internacional la prohibición del aborto constituye tortura. La lucha continúa.

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