Entre la tradición y el deseo

En esta segunda sesión de MUSOC en Avilés, el frío y la lluvia no consiguieron dejar a la gente en casa y el público casi llenó la sala del Niemeyer para ver una película sobre amor y deseo.

La velada fue amadrinada por Ye too ponese, Espacio para la gestión de inéditos viables, una organización que, inspirada en Paulo Freire, trabaja hacia la construcción de una visión positiva colectiva.  En su representación, Jose y Elena nos presentaron esta maravilla de película que va más allá de lo que parece por su título.

Una Historia de Amor y deseo es el segundo largo de Leyla Bouzid.  Su propuesta nos narra el romance de dos jóvenes estudiantes en París.                                                                                         

Ahmed,  francés de origen argelino, y Farah, que llega  de Túnez a estudiar a la Sorbona, se conocen en clase de literatura árabe. El amor surge entre el descubrimiento de una poesía con alto contenido erótico  que les empuja. Las palabras no son inofensivas, no se puede bajar la guardia, pero la conversación sobre literatura ayuda a esta pareja a dialogar sobre su relación.

Las palabras no son inofensivas, no se puede bajar la guardia

La directora, de origen tunecino como la protagonista, se apoya en la literatura para contar con elegancia y detalle una historia de amor, de encuentros y desencuentros, y de deseo, en la que los silencios cuentan tanto como las palabras. Además, aunque la relación entre Ahmed y Farah es el centro, Bouzid también retrata un contexto complejo en el que salen a relucir asuntos como la losa de una tradición patriarcal, el racismo, las renuncias personales y profesionales de quienes se vieron obligados a migrar, la mirada de reojo entre distintos  grupos  de migrantes o los complejos de tipo racial y cultural.

Todo este panorama social que  enmarca el romance es la causa de que esta cinta se haya propuesto dentro de la sección Otra Estación con la que MUSOC pretende acercarnos a la realidad de las personas que deben abandonar su  origen para asentarse en otros lugares. Una realidad que, como comentó Jose en la presentación, a todos nos atañe y debe apelar a nuestra responsabilidad.

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