A Paula Cons, La isla de las mentiras le sirvió de excusa para hacer cine de género, un thriller a la gallega, que versaba sobre las mujeres de una aislada isla y su papel como heroínas salvadoras. A Júlia de Paz Ama la llevó a ahondar en las diferentes formas, a veces traumáticas, de vivir la maternidad. Sonata para violonchelo le sirvió a Anna Bofarull para dar visibilidad a una afección que sufren muchas mujeres a las que su cuerpo no responde y cómo condiciona su vida o las deja sin ella. Autoras de unas historias que llegan al alma y remueven conciencias, estas tres directoras protagonizaron hoy el último MUSOC Pensamiento Crítico de esta edición.
Hoy en las redes y el Café de Macondo, de la mano de la profesora del Máster de Género y diversidad, Jimena Escudero, hemos seguido sus trayectorias como cineastas y sus problemas a la hora de hacer cine en una “industria” que dota a esta disciplina de pocos recursos y además los reparte muy desigualmente entre ellos y ellas.
A Paula Cons, Anna Bofarull y Júlia de Paz les hemos preguntado cómo de cómodas se encontraban entre esto que se denomina el mandato feminista y su determinación de contar historias desde su propio yo, y ninguna parece sentir mucha contradicción.
Con inicios vitales distintos y sin apenas referentes, las tres cineastas se acercaron al mundo del cine con más pasión e ilusión que apoyos o solvencia de formación. Pocos recursos, formación autodidacta y crecimiento de la conciencia parecen ser constantes comunes a cualquier mujer que quiera hacer cine en nuestro país. Por eso valoran tanto la labor de las asociaciones de mujeres como CIMA o Dones Visuals que con actuación de lobby han ido rajando poco a poco el cristal del techo de las mujeres en el audiovisual español.
El cine se mezcla con la vida y la vida con la reivindicación.
Reivindicando o no la etiqueta de feministas, lo que es cierto es que estas tres mujeres han sabido utilizar el cine como herramienta para inscribir otra mirada, diferente e inclusiva a la hora de contar las cosas. Y es que para alguna de ellas “el cine se mezcla con la vida y la vida con la reivindicación”. Cuentan historias que no las dejan dormir, las que les parecen importantes y las que les transforman.
Reivindican el derecho de hacerse mayores dirigiendo cine, sobrevivir a la ópera prima, el derecho a equivocarse y a que sus errores se midan exactamente igual que los de los hombres. Quieren el aplauso del público y el apoyo de la industria con justicia. Quieren vivir en los márgenes o en la gran producción sin que se les vete ningún lugar o proyecto por el hecho de ser mujeres.
La mañana se ha pasado volando, se nos ha hecho corta, cortísima. Tienen talento, esto es indudable, pero además tienen discurso, un altísimo nivel de reflexión y una capacidad de transmisión absolutamente envidiable. Todo ello las hace unas directoras no solo necesarias para lograr un cine mejor, de mayor calidad, sino un cine también más justo y más universal. Por parte de esta humilde muestra vaya nuestro reconocimiento para todas ellas, y para las que como ellas hacen del cine su vida y la nuestra, todo nuestro respeto y admiración.
Acceso al coloquio en Youtube
Puedes ver y escuchar todo el coloquio en el canal de Youtube de Acción en Red Asturies
Fotografías de la conexión desde el Café de Macondo
Así lo vimos desde el Café de Maconco






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