Animación frente al desánimo

Hay que tener un punto de locura para programar una sesión de cortos de animación, en un bar, una tarde noche de jueves pero así es MUSOC y así es su variopinto público. El café, librería y espacio cultural que es el Toma 3 de Xixón se convirtió, un año más, en lugar de encuentro para disfrutar, y sufrir, la proyección de cuatro largometrajes laureados en diferentes festivales.

El numeroso público que asistió a la denominada sesión de MUSOC ANIMADO rompió el bullicio habitual con un silencio expectante mientras conocía la crueldad de Ingrid, agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) durante la dictadura de Pinochet, en Bestia de Hugo Covarrubias. Se acercó a la destrucción del planeta provocada por el cambio climático planteada en la fantasía de Sad Beauty de Arjan Brentjes. Se cuestionó algo tan sencillo como comer una fresa en Or Vermell (Oro Rojo) de Carme Gomila y conoció la realidad de las jornaleras marroquíes que luchan por sus derechos. Se identificó con algún personaje que aparece en Homeless Home, de Alberto Vázquez, en su vuelta a los orígenes tras haber emigrado o con las frases que escuchamos demasiado a menudo.

Ante este panorama desolador, la labor de Elsa y Carmen de la Asamblea Moza de Asturies (AMA), que amadrinaba la sesión, no era fácil. No solo presentaron los cortos sino que, después de su visionado, ayudaron a la reflexión con un análisis certero, acercando a la realidad de nuestro día a día lo que acabábamos de ver como ficciones animadas. Y así hubo tiempo para la crítica, la falta de alternativas para la gente joven, el precio de los alquileres, las programaciones culturales, los amiguismos, los problemas de salud mental,… pero también para ver que hay gente que no se conforma, que se cuestiona y que hará lo posible porque las cosas cambien y el futuro sea más esperanzador.

colabora